Todos nos hacemos a la idea, desde la facultad nos enseñan a ello, de que lo menos que vamos a hacer cuando nos contraten en un colegio va a ser dar clases de música, seremos los “profes” itinerantes dentro del colegio, itinerantes con doble sentido: iremos de un lado a otro buscando aulas para impartir nuestra docencia y en el otro sentido sería el de buscar materias que nos ayuden a cubrir el horario que nuestra especialidad no cubre.
Docentes de todo y de nada a la vez. Quiero apoyaros en lo que viene siendo esta tarea de músico-educadores, que no nos rindamos por más que la desesperanza nos abrace. Deciros que en algún lugar y en algún momento encontraremos EL AULA DE MÚSICA en la que podremos impartir el amado arte que tanto a creadores, poetas, compositores…inspira y que a tantas personas ayuda mientras ésta es tañida.
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