Que la música amansa las fieras es un hecho prácticamente cierto. Llevar a los niños a un concierto de música clásica, por ejemplo, es una de las cosas más educativas para ellos, se podría destacar un famoso programa de televisión “El conciertazo” en el que los niños se quedaban asombrados escuchando la orquesta que tocaba en esos momentos. Algunos bailaban desde sus asientos, otros reproducían los movimientos del director (desarrollando así su psico-motricidad, el sentido del ritmo, el oído), incluso algunos interpretaban sobre el escenario alguna que otra obra previa preparación minutos antes de interpretar la obra la orquesta. También algunos de los alumnos se sabían o conocían obras que tocaban los músicos (desarrollo de la memoria)y se podía apreciar como intentaban cantarla.
En caso de no poder llevar a los niños a ver un concierto musical en directo, se puede poner en clase vídeos de música clásica atractiva para ellos, es decir, que no piezas sean muy largas y muy lentas (si no son capaces de escucharlas los profesores que la van a poner en clase, pues que no intenten hacer que la escuchen los alumnos con la finalidad de que estén “quietos”), incluso se les puede poner música en un reproductor y que bailen con cualquier tipo de música, para desarrollar lo que he comentado anteriormente (ritmo, oído…). Incluso dependiendo de la edad, se le puede comentar de manera lúdica la vida del compositor o decir que grupo de música es el que están escuchando...
Dejen volar su imaginación, pero recojan las ideas que de su vuelo ésta trae consigo.
Inés Rocío Morán Gil.
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