Es una pena, pero si. Ya ha llegado la Navidad, y con ello las vacaciones, y lo peor, que ya se terminaron las prácticas.
La verdad es que cuando hice el año pasado las prácticas generalistas terminé con poca ilusión por dedicarme a la enseñanza en un futuro. No sé si dependía del colegio o de mí, supongo que fue porque eran prácticas más que nada de observación y hacer... hacía más bien poco.
Pero este año ha sido muy distinto. Ha sido cuando he recuperado la ilusión, y cuando he disfrutado totalmente de mis prácticas. Me he dado cuenta de que es una hermosa profesión y he imaginado cuanto puede satisfacer a un maestro un trabajo bien hecho. Por ello y por otras cosas como el trato recibido por parte del personal del centro, voy a echar de menos el colegio.
He descubierto que a pesar de que hoy en día la profesión del docente está muy desvalorizada no podemos negar que se trate de una hermosa profesión.
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