Nos encontramos en una época en la que algunas personas son susceptibles de encontrarse ante símbolos religiosos y de reivindicarse para que los quiten privando de la libertad de expresión y de religiosidad de otras personas. Mi pregunta es: Si todos somos libres, ¿por qué no se puede tener símbolos religiosos o actuar de una determinada manera siempre y cuando no se prive al otro de su libertad? Pues bien, esto que os digo se puede relacionar con los musicales (y representaciones) en navidad de la siguiente manera: hacer musicales o la representación de belenes en estas fechas en el colegio está relacionado, en mi opinión, con la llegada de las vacaciones, concretamente la Navidad, representar un Belén viviente, hacer un teatro representando el nacimiento de Jesús, la llegada de los Reyes Magos… nos va preparando para ella y los musicales, y conciertos que se hacen en los colegios pueden llegar a tener como fin no sólo enseñar a los demás lo que se ha aprendido durante ese trimestre, sino también como recibimiento de las vacaciones, la Navidad, que es algo religioso, algo que todos celebran aunque luego vean un símbolo y se manifiesten para quitarlo. ¿Deberían entonces, dejar los padres a sus hijos que participen en ellos? Porque lo que la “preparación” de lo le sigue a ello es una serie de eventos religiosos llamados vacaciones de Navidad, si no se quiere una cosa, ¿por qué si se acepta las vacaciones que llevan ese nombre, Natividad, Nacimiento de Jesús?
Muchas veces lo que buscan los padres es la integración de sus hijos con los demás compañeros, dirigido a los padres: ¿se debería hacer una distinción a aquel niño que no participa en los musicales o en las representaciones de belenes con sus compañeros porque ellos, sus padres, católicos desde pequeños, un día decidieron que serían ateos?
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